Ometéotl, la dualidad divina de los mexicas

 


Su dualidad hace referencia a un solo principio o realidad que le permite generar y sostener a la vida del cosmos, siendo, además, padre y madre de los dioses.

En cuanto al lugar de su residencia, el Omeyocán, se pensaba en el propio centro del dios, desde el cual engendraba a los dioses o fuerzas naturales. El centro, además, coincidía con el eje central de los cuatro puntos cardinales, lo que equivale a decir que posee el atributo de la omnipresencia. Al hablar del Omeyocán, los nahuas se referían con términos como “el ombligo de la Tierra”, “entre las nubes”, “la región de los muertos”, etc.

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